G.I. Ramone: Dorados eléctricos en Rosario con Timbó

Un destino no muy habitual en la agenda del pescador con señuelos, es Rosario. Para mi era una cuenta pendiente desde hace tiempo, tenia que ir a conocer “La Isla”. Tratar de entender que era lo que tanto fascinaba a muchos amigos rosarinos.

A Diego “Warstainer” Fayos, uno de estos amantes de “la isla”, tuve la suerte de conocerlo en la charla de Alejandro Linares en la AAPS, y cuando me comento su nuevo emprendimiento, Timbó Lures and Flyshing, dije listo a pescar Rosario se a dicho.

Y allá fuimos, junto con mis dos socios de aventuras Diego y Omar. El amigo Warstainer, organizó todo, y ya en el lugar nos encontramos con el resto de los personajes que protagonizarían, la primer parte de esta historia, Pablo socio de Wars y el doctor Juan Recondo (viejo contrincante del juego adivine que señuelo es este? Jajajaja), cuando nos quisimos acordar, ya estamos todos sobre las dos lanchas cruzando el Paraná, apenas entramos al delta empecé a entender tanta fascinación, Un lugar de esos de los que no te queres ir nunca.

A pescar se a dicho

Fuimos pescando varios lugares, probando distintos señuelos, con algunos piques, pero no se ponía firme, los lugares eran hermosos, arroyos, bocas, cortes, correderas, remansos, recorrimos y recorrimos hasta que llegamos a un arroyo mágico, agua negra increíblemente cristalina, corriente fuerte y un recorrido serpenteante. Antes de arrancar a pescarlo, vimos una zanjita, y dijimos, probemos 15 minutos y seguimos por los dorados……resultado una tarucha para saber que estaban y vuelta a la lancha.

Lo bajamos a la deriva…..seguía dura la cosa hasta que…..tuvimos que sucumbir a la vieja y querida banana de Alfer`s, y en este caso….firetiger. Ahí si la cosa cambio y como!!, los dorados parecían eléctricos, venían por ráfagas de pique frenético, se sucedían dobletes y tripletes, a momentos de calma, seguidos nuevamente por momentos de locura de pique, parecía que los encendían y los apagaban.

No era raro ver a los dorados peleando por el señuelo….mejor dicho la banana porque era con lo único que picaban, tomaba uno y los otros lo seguían, disputándose el engaño, con el agua transparente era un espectáculo para la vista, aparecían y te patoteaban.

La deriva nos saco del arroyo y ahí nos juntamos con nuestros compañeros, ellos habían logrado también muchas capturas, coincidentemente con señuelos en color firetiger.

Con el embale ya se nos había ido gran parte del día, así que a buscar una sombra reparadora para almorzar, la ya clásica a esta altura picada, en este caso acompañada por cerveza Santa Fe, fotos, sobremesa y regreso rumbo a los palos del Paraná, llegamos bastante tarde pudimos pescarlos un ratito, que buen lugar para meter un pescado grande por dios! Solo Omar pudo levantar uno, en esa media hora que le dedicamos, En fin quedaron como la excusa para volver, próximamente.

En fin una jornada de esas difíciles de olvidar, por compartirla con pescadores de ley, Pablo, Juan y Diego solo palabras de agradecimiento por tan buen trato dispensado hacia nosotros, parecíamos amigos de toda la vida. Una jornada difícil de olvidar por los paisajes recorridos y la pesca realizada. Una jornada difícil de olvidar, porque como dije al principio esta es la primer parte de una historia, al día siguiente nos esperaba a todos……DIAMANTE……continuará